Arcana Informática S.A.C

LA INCLUSIÓN DIGITAL

Estamos viviendo la cuarta revolución industrial, que ha transformado la manera en la que trabajamos, nos comunicamos, consumimos, aprendemos, tenemos acceso a la información y a los servicios públicos.

Las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicaciones) en particular han transformado casi todo buscando mejorar la calidad de vida, pero sin querer, han complicado la vida de un segmento importante de la población, el de los adultos mayores.

Para todos nosotros, es evidente que nuestras vidas se están moviendo rápidamente al entorno online. El acceso a la información está dejando atrás a los periódicos y revistas en papel, a la radio y a la televisión por ondas electromagnéticas, que para subsistir han debido trasladarse a formatos digitales. Esto se demuestra fácilmente en el hecho de que hoy, es muy difícil conseguir un aparato radio-receptor de AM/FM o televisores con antenas. Ya son historia.

Las redes sociales están en pleno auge. Facebook, Instagram y otros servicios son usados por todos para informarse. Las llamadas telefónicas están siendo reemplazadas por las video-llamadas, y las video-conferencias de múltiples participantes se han hecho muy comunes, facilitando el trabajo virtual y los estudios «on line». También se ha «normalizado» ver catálogos, hacer compras y pedir comida a domicilio por «delivery». Todo esto se hacía antes de la pandemia del COVID 19, pero hoy, todo el mundo lo hace y a cada instante, es como el pan de cada día para la mayoría de las personas.

Como decía al empezar, estos avances, lamentablemente, están dejando atrás a muchos adultos mayores.

En el mundo, hay corrientes importantes que están buscando subsanar este grave problema. La inclusión digital debe asegurar que todas las personas puedan beneficiarse de las TICs, independientemente de su género, habilidad, ubicación o edad. Las Naciones Unidas declararon esta década, del 2021 al 2030, como la «Década de envejecimiento saludable», haciendo un llamado a todos para concentrar esfuerzos en mejorar las vidas de las personas mayores.

El problema se agudiza porque hay 2 grandes tendencias que impactan entre sí: el crecimiento exponencial de las tecnologías digitales y el rápido incremento de la población adulta mayor. En el 2020 habían más de 727 millones de personas con 65 años o más y en las próximas 3 décadas, este número de personas mayores crecerá a más del doble, según cifras de la ONU.

Sin mencionar los argumentos morales para tener en consideración a los adultos mayores, que son muchos y muy contundentes, debemos ser conscientes de que dejarlos de lado, significa, minimizar su potencial para participar activamente y contribuir a sus comunidades. Para beneficio de todos, se debe aprovechar sus fortalezas, experiencia y talento, simplemente es cuestión de fomentar la colaboración entre generaciones y tomar conciencia del gran valor que este grupo etario tiene.

Ellos ya se habían percatado de esto, y han encontrado grandes aliados en los más pequeños de la casa, sus hijos y nietos, que según se dice «vienen con otro chip» pues ahora, ni bien dejan el biberón ya están manejando los dispositivos móviles de sus papás (lo que también puede causar problemas y será motivo de un artículo posterior).

Muchos adultos mayores creen que hacer compras o un pedido por internet, es una verdadera pesadilla. No, no lo es, solo es cuestión de aprender 2 o 3 cosas. Lo mismo con el correo electrónico, las redes sociales y la búsqueda de información.

Mi padre con casi 80 años encima, amante del trabajo hasta el final, hacía sus pedidos por computadora a Eternit y realizaba sus transacciones bancarias por Internet, así que no me digan que no es posible. Todo es cuestión de querer hacerlo.

Conozco a muchos adultos mayores, mi madre entre ellos, que manejan muy bien las redes sociales, «postean», comentan y regalan abundantes «likes», así que todo es cuestión de decidirse.

Toda la familia debe involucrarse en este afán, enseñarles con paciencia los intríngulis de las nuevas herramientas tecnológicas y propiciar que sigan «al día».

A los adultos mayores nunca hay que menospreciarlos, muchas veces nos pueden sorprender. Y así no nos sorprendan, hay que darles lo mejor porque ellos se merecen lo mejor.

LA DISRUPCIÓN DIGITAL

Kodak, Blackberry, Nokia y Blockbuster, no supieron adaptarse a los nuevos cambios y hoy, ya no están.

Hoy, más que nunca, la tecnología nos obliga a adaptarnos a ella, so pena de desaparecer. Los casos de empresas como Kodak, Blackberry, Nokia y Blockbuster, son claros ejemplos de no saber, o quizás de no poder, adaptarse a los nuevos tiempos. Hoy, pese a que fueron grandes en su momento, ya no están más con nosotros.

Shakespeare en su afamada obra «Hamlet» escribió “Ser o no ser, esa es la cuestión”, frase que nos enseña la importancia de enfrentar nuestros miedos, nuestras dudas y nos incita a tomar acción en cuanto a qué camino tomar y cómo asumir nuevos retos, en fin, nos hace reflexionar sobre la necesidad de evolucionar.

En esta nueva era que vivimos, acelerada por los cambios tecnológicos que impulsó la pandemia que afectó a todo el mundo, esa capacidad de cuestionar el «status quo», de adaptarse a los nuevos tiempos es lo que determina la supervivencia y el éxito de una empresa.

Todas las organizaciones deben visualizar y aprovechar las nuevas oportunidades que está generando la «disrupción digital», las consecuencias de no hacerlo son muy drásticas.  Quienes se adapten a las nuevas demandas, se vuelvan creativos y potencien la innovación, sobrevivirán.

Veamos algunos ejemplos de quienes no supieron adaptarse al cambio.

 

Kodak fue la compañía líder en fotografía a nivel mundial durante más de 100 años, haciendo dela fotografía algo habitual para miles de hogares.
Sus directivos no hicieron caso a los nuevos formatos digitales y persistieron en sus rollos, las cámaras y la tecnología alrededor de ello. Pésima decisión. Las cámaras digitales primero y luego, la integración de cámaras en los dispositivos móviles como smartphones y tabletas, le dieron la estocada final.

Blackberry fue una marca amada por la gente. Poseerlos era sinónimo de éxito. En la exitosa novela «50 Sombras de Grey», tanto en papel como en cine, fue uno de los protagonistas.
Fueron muy innovadores en su momento, por sus características de lectura de e-mail, el teclado QWERTY y el sistema de chat BBM, estaban en la gloria, vieron el cambio, pero fueron muy lentos para adaptarse a este y hoy ya son historia.
 Nokia, a finales de los 90 hasta principios de los 2000, Nokia, una multinacional finlandesa dominó el mercado de la telefonía móvil. pero la llegada de los Smartphones, revolucionó la industria móvil, cambiando la forma de comunicarnos, dejándolos atrás.
Los dispositivos móviles en un abrir y cerrar de ojos fueron cubriendo todas nuestras necesidades y haciéndose imprescindibles en nuestro día a día. Nokia, teniendo la capacidad para seguir siendo el líder,  no entendió el potencial de este nuevo concepto de teléfono inteligente y apostó por el hardware, dejando de lado el software.
 Blockbuster. el gigante norteamericano de alquiler de cine y videojuegos de los 90’s, era un referente de éxito, llegando a tener más de 9000 tiendas, 85.000 empleados y 48 millones de socios. Hoy, es un cementerio de cintas Betamax, VHS, CDs y DVDs. Blockbuster, no entendió el potencial de los negocios online y desaparecieron. Netflix, ni cortos ni perezosos, tomó la posta y hoy, es un gigante.
Estos son solo algunos ejemplos de organizaciones que cayeron por no visualizar las oportunidades de cambio o no hacerlo oportunamente. Hoy el momento es aún más crítico, ya que vivimos la disrupción digital.
«La disrupción digital es el cambio que surge, directa o indirectamente, con el desarrollo de nuevas tecnologías y que modifican los modelos de negocios existentes proporcionándoles más valor. Es una transformación que marca un antes y un después en el mercado».
En los próximos años, la nueva era digital se hará aún más fuerte, disrumpiendo todas las organizaciones, no hay quien sea inmune a este cambio.
La pandemia, que ojalá esté terminando, fue un gran catalizador del cambio. En nuestro medio, vimos como muchos negocios formales cerraron, mientras otros digitales, como las «Dark Kitchen» se multiplicaron y crecieron.
¿Y que son las «Dark Kitchen»?, quizá te preguntaras, pues son un no tan nuevo concepto de comida preparada para domicilio (Delivery) también denominados «Restaurantes fantasmas», que al no tener que gastar en locales, mobiliario y mozos, consiguieron una gran ventaja sobre los negocios tradicionales, siendo todo un boom durante la pandemia. Estas nacieron aprovechando plenamente las ventajas de la tecnología digital y están en pleno auge.
Esto es sólo el principio, y es una clara muestra del poder de la digitalización.